viernes, 26 de julio de 2024

"La esperanza es la fe en la oscuridad"

 "La esperanza es la fe en la oscuridad" - San Agustín

En medio de la oscuridad y la adversidad que atraviesa Venezuela, la esperanza es el faro que guía al pueblo hacia la libertad y la justicia. A pesar de las dificultades y los desafíos, la fe y la esperanza en un futuro mejor siguen ardiendo en el corazón de los venezolanos. Como dice el salmista en Salmo 43:5, "¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún he de alabarle, él es la salvación de mi rostro y mi Dios".

La esperanza es el ancla que nos mantiene firmes en medio de la tormenta, y es la fe en Dios lo que nos da la fuerza para seguir adelante. En Romanos 8:25, se nos dice que "la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que uno ve, ¿por qué esperarlo?".

La lucha por la libertad en Venezuela no es fácil, pero con la esperanza y la fe en Dios, el pueblo puede superar cualquier obstáculo. Como dice el profeta Isaías en Isaías 40:31, "pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán".

La libertad es un derecho fundamental que nos ha sido dado por Dios, y es nuestra responsabilidad luchar por ella. En Juan 8:36, Jesús nos dice que "si el Hijo os hace libres, seréis verdaderamente libres".

En conclusión, la esperanza y la libertad son dos conceptos que están estrechamente relacionados. La esperanza es la fe en un futuro mejor, y la libertad es el derecho que nos ha sido dado por Dios para vivir nuestra vida con dignidad y respeto. Que la esperanza y la fe en Dios sean el faro que guíe al pueblo venezolano hacia la libertad y la justicia.

La esperanza en Dios es el ancla del alma.

Atletas de La Palabra.
Adm. Hno. Douglas G. Guanipa.

martes, 23 de julio de 2024

La Búsqueda del Significado en un Mundo de Mentiras.

Romanos Capítulo 1. del 1 al 7, Pablo escribe lo siguiente: ” Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre; entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo; a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Este pasaje destaca la autoridad apostólica de Pablo, la continuidad del evangelio con las promesas del Antiguo Testamento, y la centralidad de Jesucristo en el plan de salvación. Además, subraya la misión universal de llevar el evangelio a todas las naciones y el llamado a la santidad de los creyentes

El enfoque de la instrucción de Pablo en la epístola a los Romanos se centra en una frase al final del versículo 1: el Evangelio de Dios. Este es, en realidad, el tema central de toda la epístola: las Buenas Nuevas de Dios.

En un mundo donde las noticias parecen ser cada vez más negativas, un vistazo rápido a cualquier periódico o revista semanal nos recuerda que las malas noticias predominan y continúan empeorando. Lo que vemos a gran escala es simplemente una multiplicación de lo que ocurre a nivel individual: malas noticias. Este fenómeno se ha convertido en un coloquialismo de nuestra época: “malas noticias”. Los hombres y las mujeres están bajo un poder aterrador, un poder que reside en lo más profundo de su ser y que los empuja hacia la autodestrucción. Sin embargo, el Evangelio de Dios ofrece una esperanza radicalmente diferente. Es un mensaje de salvación, redención y transformación, que contrasta poderosamente con la desesperanza y la negatividad que nos rodea. Este evangelio no solo promete vida eterna, sino también una renovación completa del ser humano, liberándolo del poder destructivo del pecado y guiándolo hacia una vida de paz y santidad en Cristo.

Ese poder es el pecado, y el pecado es lo que trae las malas noticias. En resumen, identifico cuatro áreas principales en las que el pecado genera malas noticias para la humanidad. Estas áreas son, en cierta medida, secuenciales. No pretendo que esta lista sea exhaustiva ni que cubra todas las áreas de la vida, sino que sirva para motivar la reflexión.

La primera mala noticia que el pecado trae a un individuo es el egoísmo. Es una triste realidad de la existencia humana que cada uno de nosotros está inclinado a satisfacer sus propios deseos particulares, sin importar el costo. Este egoísmo innato nos lleva a poner nuestras necesidades y deseos por encima de los demás, causando conflictos y sufrimiento tanto a nivel personal como comunitario.

El elemento básico de la pecaminosidad es el dominio del yo, del ego. Este problema comenzó con la caída de Satanás, quien dijo cinco veces: “Yo haré, haré, haré, haré, haré”. El hombre ha heredado esta apetencia con la entrada del pecado en el mundo. Es absolutamente egoísta y está centrado en sí mismo. Desea hacer lo que quiere, y si se le permite, lo hará. Lo que una sociedad permita, él lo llevará a cabo; irá hasta donde la tolerancia de la sociedad lo permita. El hombre consumirá todo lo que sus ojos deseen, en su propia concupiscencia; consumirá cosas, consumirá a las personas y se consumirá a sí mismo.

Cuando un amigo, un cónyuge, un amante o un miembro de la familia deja de proveer lo que un individuo desea, es descartado como un par de zapatos viejos que ya no sirven para nada. Este egoísmo desenfrenado lleva a la destrucción de relaciones y a la deshumanización de los demás, convirtiéndolos en meros objetos de consumo. La raíz de este comportamiento es el pecado, que distorsiona la naturaleza humana y la aleja del propósito divino de amor y servicio mutuo.

Un mundo de derechos y un corazón egoísta: Una mirada profunda al texto.

Vivimos en una época donde la búsqueda de derechos individuales se ha convertido en una prioridad para muchos. Esta demanda constante no es más que una manifestación del egoísmo profundo que reside en el corazón humano. La meta última parece ser la satisfacción personal, una búsqueda que, aunque legítima en apariencia, puede llevar a la autodestrucción.

En cualquier ámbito de la vida, ya sea en los negocios, en el matrimonio o en relaciones amorosas, el deseo egoísta de obtener ganancia, fama, dominio, popularidad, dinero y satisfacción física puede pervertir nuestras acciones y decisiones. Este enfoque centrado en uno mismo no solo afecta nuestras relaciones personales, sino que también contribuye a un estado general de auto-consumismo.

El pecado, en su esencia, empuja a la humanidad hacia este estado de egoísmo. Nos lleva a consumir todo a nuestro alrededor en un intento de satisfacer nuestros deseos, sin considerar las consecuencias para los demás. Este ciclo de auto-consumismo no solo destruye nuestras relaciones y comunidades, sino que también nos deja vacíos y desilusionados, alejándonos del verdadero propósito de nuestras vidas: vivir en amor y servicio mutuo.

Esto nos invita a reflexionar sobre una realidad actual: la constante búsqueda de derechos y la satisfacción personal como motor de nuestras acciones. Sin embargo, esta búsqueda desenfrenada, a menudo impulsada por un egoísmo desmedido, puede conducir a consecuencias nefastas.

Más allá de los derechos: la raíz del egoísmo:

El texto va más allá de una simple crítica a la reivindicación de derechos. Señala que esta demanda esconde una motivación profunda: el egoísmo autodestructivo. La obsesión por los derechos individuales, muchas veces, surge de un deseo desmedido de satisfacción personal, sin considerar las consecuencias para los demás o para la sociedad en general.

La satisfacción personal como meta final:

La satisfacción personal como la meta final que guía las acciones de muchos individuos. Esta búsqueda desenfrenada de placer y bienestar propio puede llevar a pervertir las relaciones humanas y las instituciones sociales

Egoísmo en todas las esferas:

El autor destaca que el egoísmo no se limita a un ámbito específico, sino que permea todas las esferas de la vida: desde el mundo de los negocios, donde la competencia desmedida busca el lucro personal a costa de todo, hasta el matrimonio y las relaciones amorosas, donde el amor propio puede corromper los lazos afectivos.

El pecado como catalizador del auto-consumismo:

La noción del pecado como una fuerza que empuja a la humanidad hacia un estado de auto-consumismo. Esta visión sugiere que la búsqueda egoísta de satisfacción personal no solo daña a los demás, sino que también nos aleja de nuestro verdadero propósito y nos conduce a la destrucción.

Alguien dijo una vez que deberíamos usar las cosas y amar a las personas, pero en lugar de eso, amamos las cosas y usamos a las personas. Esta inversión de valores lleva a una profunda incapacidad para sostener relaciones significativas. El hombre, atrapado en su egoísmo, se vuelve incapaz de amar verdaderamente y de dar desinteresadamente. En lugar de encontrar alegría en la abnegación y el servicio a los demás, busca satisfacción en la acumulación de bienes materiales y en el uso de las personas para sus propios fines. Esta búsqueda egoísta no solo destruye las relaciones, sino que también priva al individuo de la fuente más obvia de gozo verdadero: el amor y la entrega desinteresada. El verdadero gozo y la realización personal no se encuentran en la posesión de cosas, sino en la capacidad de amar y servir a los demás. Al invertir nuestros valores y priorizar el amor y el servicio sobre la acumulación y el uso, podemos encontrar una satisfacción más profunda y duradera.

El hombre, dominado por una avaricia egoísta, se aísla progresivamente de todo y de todos. Este aislamiento no solo lo aleja de las relaciones significativas, sino que también lo sumerge en una espiral de desesperanza y soledad absoluta. En su búsqueda insaciable de satisfacción a través de la acumulación de bienes y placeres, descubre una verdad amarga: la ley de la devolución decreciente. Cuanto más posee, menos satisfacción encuentra. Este ciclo vicioso de consumo y desilusión revela una profunda verdad sobre la naturaleza humana: la verdadera satisfacción no se encuentra en la acumulación de cosas materiales, sino en la conexión genuina con los demás y en la entrega desinteresada. Al buscar llenar el vacío interior con cosas efímeras, el hombre se priva de la alegría duradera que proviene del amor, la comunidad y el propósito trascendental. Para romper este ciclo, es necesario un cambio de enfoque: de la avaricia a la generosidad, del egoísmo al altruismo, y de la soledad a la comunidad. Solo entonces podrá el hombre encontrar una satisfacción verdadera y duradera, que no disminuye con el tiempo, sino que se enriquece con cada acto de amor y servicio.

El pecado, en su esencia, ha traído consigo una serie de malas noticias, comenzando con el egoísmo. Este egoísmo es una trampa que nos lleva a la desesperanza, ya que nos aísla y nos priva de relaciones significativas y de la verdadera alegría. Sin embargo, el impacto del pecado no se detiene ahí. El egoísmo que el pecado genera nos conduce a una segunda área de malas noticias: la culpabilidad. El auto-consumismo, el uso y abuso de las personas para alcanzar nuestros propios fines, inevitablemente nos lleva a sentirnos culpables. Esta culpabilidad no es accidental; es parte del diseño divino. Dios ha implantado en el hombre una conciencia que lo alerta cuando peca, para que pueda reconocer su necesidad de arrepentimiento y redención. Sin esta sensación de culpabilidad, el hombre estaría en peligro de continuar en su camino destructivo sin freno, alejándose cada vez más de Dios y de la posibilidad de salvación. La culpabilidad, entonces, aunque dolorosa, es un mecanismo que puede llevarnos de vuelta a la senda correcta, recordándonos nuestra necesidad de gracia y perdón.

El dolor físico es una señal que nos alerta de que algo no está bien en nuestro cuerpo y nos impulsa a buscar ayuda. De manera similar, la culpabilidad es una señal espiritual y emocional que nos indica que estamos en el camino equivocado y que algo debe cambiar. Sin embargo, en lugar de atender esta señal, muchas personas se sienten oprimidas por la culpabilidad y sus consecuencias.

Las malas noticias son que la culpabilidad puede llevar a una vida llena de ansiedad, temor, insomnio y problemas psicológicos. Esta carga emocional puede manifestarse en enfermedades físicas como úlceras y otras dolencias. En un intento desesperado por aliviar esta culpabilidad, algunas personas recurren a la embriaguez, el suicidio u otros medios destructivos. Vivimos en un mundo aterrador, donde muchas personas están llenas de pánico debido a su culpabilidad. Para ocultar este sentimiento, a menudo adoptan una fachada frívola. Algunos intentan evitar la culpabilidad real a través del dinero, las posesiones, el alcohol, las drogas, el sexo, los viajes o el psicoanálisis. Otros buscan culpar a la sociedad, a tradiciones bíblicas anticuadas, a Dios, a los cristianos, a la iglesia, a sus padres o incluso a traumas prenatales. He escuchado de un hombre que culpó a un plátano que su madre le dio cuando era pequeño para justificar su culpabilidad. En lugar de buscar soluciones superficiales, es crucial enfrentar la culpabilidad de manera constructiva. Reconocer nuestros errores, buscar el perdón y hacer cambios positivos en nuestras vidas puede liberarnos de esta carga y llevarnos a una vida más plena y significativa.

El egoísmo conduce al pecado, y este, inevitablemente, trae consigo la culpabilidad. Intentar culpar a otros por nuestros propios errores solo multiplica esa culpabilidad, ya que no solo somos responsables de nuestros pecados, sino también de la injusticia de culpar a quienes no lo merecen. Esto agrava aún más las malas noticias: el egoísmo lleva a la culpabilidad, y la culpabilidad lleva a una vida sin significado.

El hombre se encuentra atrapado en una trampa de su propio egoísmo, un ciclo vicioso que no lo lleva a ningún lugar, excepto a una culpabilidad abrumadora. Eventualmente, se pregunta: “¿Es esto todo lo que hay en la vida? ¿Hubiera sido mejor no haber nacido?”. La vida se convierte en un ciclo interminable de búsqueda de satisfacción, una búsqueda que resulta imposible y que solo produce más culpabilidad. En una vida sin satisfacción, surgen todas las preguntas fundamentales: “¿Esto es todo lo que hay? ¿Dónde están las verdaderas respuestas? ¿Cuáles son las preguntas correctas? ¿Por qué vivo? ¿Cuál es el significado de mi vida? ¿Qué es la verdad? ¿Dónde puedo encontrar la verdad?”. Estas preguntas reflejan una profunda insatisfacción y una búsqueda desesperada de sentido y propósito. Para romper este ciclo, es esencial reconocer la raíz del problema: el egoísmo y el pecado. Solo al enfrentar estos y buscar una vida de amor, servicio y verdad, podemos encontrar respuestas significativas y una satisfacción duradera.

El hombre es constantemente alimentado con una dieta de mentiras por parte de Satanás, el gran mentiroso, quien controla el sistema del mundo. Estas mentiras nunca proporcionan respuestas a las preguntas fundamentales sobre el significado de la vida, y por ello, el hombre nunca escucha una respuesta verdadera, nunca encuentra una solución real; las noticias siempre son malas, esto es lo que Edna St. Vincent Millay quiso expresar cuando dijo: “La vida debe seguir y simplemente olvido por qué”. Vivimos en una serie de periodos de 24 horas sin importancia, sin significado, donde nada cambia y todo parece vacío. Como el personaje principal en una de las novelas de Sartre dijo: “Decidí matarme a mí mismo para quitar, por lo menos, una vida superflua”. En esta cadena de malas noticias traídas por el pecado, encontramos un cuarto elemento que me gusta llamar ‘desesperanza’. El egoísmo lleva al pecado, el pecado trae culpabilidad, y la culpabilidad conduce a una vida sin significado. Esta desesperanza es el resultado final de una vida atrapada en el ciclo del pecado y la mentira. Sin una verdad que nos guíe, sin un propósito que nos motive, la vida se convierte en un vacío interminable.

Vivimos en un mundo donde el egoísmo, alimentado por las mentiras de Satanás, nos lleva a una espiral de pecado y culpabilidad. Este ciclo destructivo no solo nos aísla y nos llena de desesperanza, sino que también nos priva de la verdadera satisfacción y significado en la vida. La búsqueda insaciable de satisfacción personal a través de bienes materiales y placeres efímeros solo agrava nuestra culpabilidad y nos deja vacíos. La culpabilidad, aunque dolorosa, es una señal divina que nos alerta de que estamos en el camino equivocado. Nos invita a reflexionar y a buscar una vida de amor y servicio, en lugar de una vida centrada en nosotros mismos. Sin embargo, muchas veces intentamos ocultar esta culpabilidad con excusas y distracciones, lo que solo nos lleva a una mayor desesperanza.

La verdadera solución a este ciclo de desesperanza se encuentra en reconocer nuestras fallas, arrepentirnos y buscar la verdad y el propósito en Dios. Solo al vivir una vida de amor, servicio y verdad podemos encontrar una satisfacción duradera y un significado profundo. Este cambio de enfoque nos libera de la trampa del egoísmo y nos permite experimentar la verdadera alegría y paz que provienen de una vida centrada en Dios y en el bienestar de los demás. Amen.

Extraído del mensaje  "El predicador de las buevas nuevas" por el Pastor John F. MacArthur.
Atletas de La Palabra.
Adm. Hno. Douglas G. Guanipa.



"La patología de los falsos maestros"

Hoy viajaremos por 1 Timoteo 6: 3- 4-5

En el clímax de su carta a Timoteo, el apóstol Pablo aborda un tema crucial para la salud espiritual de la iglesia: la presencia de falsos maestros. Como un hábil médico espiritual, Pablo utiliza un lenguaje cargado de terminología médica para describir la naturaleza dañina de estas enseñanzas erróneas, comparándolas con una enfermedad que puede corromper la fe de los creyentes.

¿Te intriga conocer cómo Pablo describe a estos falsos maestros y qué podemos aprender de sus palabras?

Hoy nos adentramos en el fascinante tema de "La patología de los falsos maestros", utilizando una analogía médica para comprender mejor su naturaleza y peligrosidad.

Desentrañando la patología de los falsos maestros: Un análisis profundo en 1 Timoteo 6:3-5

El término patología se refiere al estudio de las enfermedades, sus causas, desarrollo y efectos. En este contexto, el apóstol Pablo utiliza una metáfora médica poderosa para describir a los falsos maestros y sus enseñanzas erróneas, comparándolos con una enfermedad que amenaza la salud espiritual de la iglesia.

¿Cómo se relaciona esto con los falsos maestros? 

Pablo, en este pasaje, nos presenta una radiografía precisa de estos individuos, exponiendo los elementos anormales que caracterizan su enseñanza.

¿Es la enseñanza falsa una enfermedad? 

Sí, así lo define Pablo. Es una enfermedad mortal que infecta la fe y corrompe la verdad. Y al igual que las enfermedades físicas, presenta una patología observable y síntomas que la delatan.

¿Dónde encontramos otras advertencias sobre los falsos maestros en esta epístola? 

Pablo ya nos había alertado sobre esta amenaza en el capítulo 1, versículos 3-7, 18-20, y en el capítulo 4:1-5. Y regresará al tema en el capítulo 6:20-216:20-21, para cerrar la epístola con un llamado a la vigilancia.

“La Patología de los Falsos Maestros”

En su discurso anterior y en los que seguirán, Pablo profundiza en la patología de los falsos maestros. Estos líderes espirituales desvían a las personas del estado espiritual saludable y los infectan con una enfermedad interna. Recientemente, nuestra sociedad ha tomado conciencia de la patología de una enfermedad específica: el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). A través de los medios, vemos las terribles consecuencias físicas y la trágica muerte que esta enfermedad puede causar. Sin embargo, su impacto no se limita al individuo; también puede afectar y devastar a toda una sociedad. El poder destructivo del SIDA es aterrador y mortal, y su capacidad para afectar a una población completa es innegable.

En la actualidad, estamos plenamente conscientes de la patología del SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). Esta enfermedad provoca desviaciones significativas de la condición normal en quienes la padecen, debilitando su sistema inmunológico y dejándolos vulnerables a otras enfermedades invasoras. El SIDA no solo afecta el cuerpo físico, sino también la vida emocional y social de quienes lo enfrentan. Es curioso que algunas personas minimicen la gravedad del SIDA. A pesar de los avances en la educación y la prevención, persisten mitos y desinformación. La propaganda, tanto a favor como en contra, ha contribuido a la confusión. Se nos insta a practicar el sexo seguro y evitar compartir agujas, pero, aun así, la enfermedad sigue siendo una amenaza real. Además, se lucha por proteger los derechos de los portadores de VIH. Las pruebas de SIDA se realizan de manera anónima, y los números reemplazan los nombres en los registros médicos. Sin embargo, la magnitud de la epidemia no puede ocultarse. Recientemente, se descubrió que el SIDA puede transmitirse incluso a través de un simple trasplante de piel, lo que subraya la necesidad de seguir investigando y educando sobre esta enfermedad. 

En medio de la avalancha de información y el pánico, algunos intentan minimizar la gravedad del SIDA. Pero, a pesar de todo, somos cada vez más conscientes de que vivimos al borde de un desastre. No solo tememos catástrofes nucleares, sino también los efectos de nuestros propios errores, manifestados en forma de enfermedad. La gente está asustada, quizás más que en cualquier otro momento de la historia. Desconocemos cómo se transmite esta enfermedad y qué consecuencias puede tener.

“La Gravedad de la Enseñanza Falsa”

Aunque el SIDA es una enfermedad mortal con un potencial destructivo, su alcance no se compara con la mortandad de la enseñanza falsa. El SIDA afecta los cuerpos físicos, pero la enseñanza falsa condena almas. He conocido a personas que murieron con SIDA, pero antes de su partida, entregaron sus vidas a Jesucristo. El SIDA afectó sus cuerpos, pero no sus almas.

La enseñanza falsa, en cambio, tiene consecuencias eternas. Destruye el alma y aleja a las personas de la verdad. A pesar de esto, parece que el mundo está más preocupado por detener el SIDA que por enfrentar la enseñanza falsa. En nombre del amor, a veces malentendido, se promueve la tolerancia hacia cualquier creencia. Sin embargo, si comprendiéramos las realidades de un infierno eterno sin Dios, nuestra preocupación sería aún mayor que ante cualquier amenaza física.

Para comprender la patología de la mortandad de la enseñanza falsa, examinemos los versículos 3 al 5. Pablo presenta características patológicas de los falsos maestros. Aunque estas características no son desconocidas, su recordatorio es valioso. Antes de adentrarnos en el texto, quiero enfatizar que una función esencial de los pastores y líderes espirituales es la advertencia. No basta con ser siempre positivo y ver el lado bueno de todo. Debemos alertar a las personas sobre la enseñanza falsa. Esta responsabilidad resuena en todo el Nuevo Testamento y también en el Antiguo Testamento. Dios sabe que su pueblo, si no está preparado, puede ser arrastrado por doctrinas erróneas. Algunas personas, sin haber abrazado la verdad, vivirán bajo la ilusión de haberla encontrado. Por lo tanto, recordemos la seriedad y la necesidad de advertir, tal como Pablo insta a Timoteo a hacerlo en la Iglesia en Éfeso, donde Timoteo está ministrando.

"En este pasaje, el uso del “si” en griego corresponde a un condicional de primera clase, lo que implica que asume la realidad. En otras palabras, “si es verdad” podría traducirse como “debido a”. La razón detrás de esto es que algunos están enseñando doctrinas erróneas. En el contexto de 1 Timoteo, sabemos que había hombres que se habían infiltrado en la iglesia y estaban enseñando fábulas absurdas, genealogías interminables y preguntas inútiles en lugar de edificar a los creyentes. Estos falsos maestros estaban naufragando en su fe y propagando enseñanzas demoníacas. Además, estaban mintiendo y enseñando prácticas contrarias a la verdad de Dios. La falsa enseñanza estaba presente.

Cuando el autor dice “Si alguno enseña otra cosa”, está señalando que esto está sucediendo. La construcción condicional de primera clase se aplica de manera genérica, abarcando toda enseñanza falsa, doctrina engañosa y agentes maliciosos que intentan infiltrarse en la Iglesia. Esto no solo se relaciona con la situación de Timoteo, sino también con los desafíos que enfrenta la Iglesia en cualquier época, incluyendo la actualidad."

"En el mundo antiguo, los falsos maestros eran abundantes. Desde el principio, cuando Satanás se rebeló contra Dios, se convirtió en el padre de la mentira (como se menciona en Juan 8:44). A lo largo de la historia, ha producido otros mentirosos para atacar la fe cristiana. Estos falsos maestros no siempre se oponían abiertamente a la Biblia; a menudo, operaban mediante sutiles distorsiones y errores. Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, los maestros falsos han estado presentes. Siempre ha sido una lucha constante para el pueblo de Dios enfrentarse a las mentiras y los engaños. Cualquier iglesia, pastor o creyente que no esté consciente de esta realidad está ignorando un desafío fundamental. Nuestro Señor Jesús advirtió que vendrían falsos cristos y falsos maestros. La Escritura está llena de advertencias sobre este tema. Pablo, en particular, nos dice que debemos estar alerta: “Si alguien enseña algo diferente, esa es la señal. Así es como los identificarás”. Por lo tanto, la primera clave es prestar atención a lo que afirman. ¿Están diciendo algo que difiere de lo que sabemos que dice la Palabra de Dios?"

¿Cómo podemos discernir entre enseñanzas verdaderas y falsas hoy en día?

Discernir entre enseñanzas verdaderas y falsas es crucial para proteger nuestra fe y crecimiento espiritual. Aquí hay algunas maneras de estar preparados:

  • Estudia la Palabra de Dios: Sumérgete en las Escrituras para comprender la verdad y reconocer cualquier desvío.
  • Oración: Pide discernimiento al Espíritu Santo. Él nos guía hacia la verdad.
  • Conocimiento de la doctrina cristiana: Familiarízate con los fundamentos de la fe cristiana para identificar errores.
  • Busca consejo de líderes cristianos maduros: Aprende de aquellos con experiencia y sabiduría.
  • Evalúa las enseñanzas a la luz de la Biblia: Compara lo que escuchas con lo que dice la Palabra de Dios

El término “heteros didaskalia” se refiere a una enseñanza heterodoxa, es decir, algo que difiere de la enseñanza ortodoxa basada en las Escrituras. Los falsos maestros promueven ideas que no están en línea con la verdad revelada en la Palabra de Dios. Esto puede incluir herejías, visiones personales, revelaciones subjetivas o interpretaciones contrarias a las Escrituras. En resumen, cualquier enseñanza que se desvíe de la sana doctrina caracteriza a un falso maestro. Es importante que los creyentes estén alerta y fundamentados en la Biblia para discernir entre la verdad y el error. La negación de los atributos esenciales de Dios, como Su naturaleza trina, omnipotencia, soberanía y revelación, es una señal de enseñanza falsa. Estas herejías pueden ser espiritualmente dañinas y debilitar la fe. Como creyentes, debemos estar alerta y fundamentados en la Palabra de Dios para discernir entre la verdad y el error. Siempre es crucial buscar la verdad y rechazar cualquier enseñanza que se desvíe de ella. Enseñanzas que se oponen a la perfección sin pecado de Cristo, Su muerte expiatoria, resurrección, vida milagrosa, enseñanza perfecta y otros aspectos fundamentales de la fe pueden ser peligrosas. Cualquier desviación de la verdad bíblica debe ser identificada y corregida. La fidelidad a las Escrituras y la obra del Espíritu Santo son esenciales para discernir entre la verdad y el error.

"¿Qué nos enseña esto acerca de los falsos maestros?

Su característica distintiva es enseñar algo diferente a las Escrituras. Pero ¿Cómo podemos identificar a aquellos que están infectados por este virus espiritual y su peligrosa influencia? La respuesta es sencilla: al conocer las Escrituras. Cuando alguien está arraigado en la Palabra de Dios, puede discernir fácilmente las enseñanzas falsas. En términos de 1 Juan 2, aquellos que han internalizado la Palabra son espiritualmente fuertes y han vencido al Maligno. La verdad de Dios prevalece sobre cualquier engaño."

En Hechos 20:27-32, Pablo se despide de los ancianos de la iglesia de Éfeso y les recuerda su dedicación a enseñarles todo el consejo de Dios. Él enfatiza la importancia de la enseñanza continua y exhaustiva de la Palabra de Dios para proteger a la iglesia de falsos maestros y doctrinas erróneas. Pablo advierte que después de su partida, vendrán lobos rapaces y hombres perversos que intentarán desviar a los discípulos. Por eso, él los encomienda a la Palabra de la Gracia de Dios, que tiene el poder de edificarlos y darles una herencia entre todos los santificados.

Pablo dio varios consejos importantes a la iglesia de Éfeso, tanto en sus discursos como en sus cartas. Algunos de los consejos más destacados incluyen:

  1. Vigilancia y protección: Pablo advirtió a los ancianos de Éfeso sobre la necesidad de estar vigilantes y proteger a la iglesia de falsos maestros y doctrinas erróneas. Les recordó que después de su partida, vendrían lobos rapaces y hombres perversos que intentarían desviar a los discípulos (Hechos 20:28-31)
  2. Unidad y amor: En su carta a los Efesios, Pablo enfatizó la importancia de la unidad y el amor entre los miembros de la iglesia. Les instó a mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz y a vivir en amor, siguiendo el ejemplo de Cristo (Efesios 4:1-3, 5:1-2)
  3. Pureza y santidad: Pablo también les exhortó a vivir vidas puras y santas, alejándose de la inmoralidad, la impureza y la codicia. Les recordó que eran hijos de la luz y debían vivir como tales, discerniendo lo que agrada al Señor (Efesios 5:3-10)
  4. Fortaleza espiritual: Pablo los animó a fortalecerse en el Señor y en el poder de su fuerza, poniéndose toda la armadura de Dios para poder resistir las asechanzas del diablo. Les recordó la importancia de la oración y la vigilancia constante (Efesios 6:10-18)
"¿Qué nos dice esto? Si los falsos maestros se caracterizan por enseñar algo diferente de las Escrituras, ¿Cómo podemos identificar a aquellos que están contaminados por el virus espiritual y la infección mortal? La respuesta es sencilla: al conocer las Escrituras. Si la falsa enseñanza se opone a lo que está escrito en las Escrituras, es fácilmente identificable por alguien que conoce su contenido. En términos de 1 Juan 2, aquellos que han internalizado la Palabra de Dios y son fuertes en ella han vencido al Maligno. Así, el Maligno que promueve enseñanzas falsas es derrotado por aquellos que se apoyan en la Palabra verdadera."

Si los falsos maestros se caracterizan por enseñar doctrinas contrarias a las Escrituras, ¿Cómo podemos discernir la verdad espiritual de la falsedad? La respuesta es simple: "Conocer a fondo las Escrituras".
“En Hechos 20:27, Pablo afirmó: ‘Porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios’. Durante tres años, dedicó su tiempo, día y noche, a enseñar la Palabra. Visitaba casas, participaba en reuniones de la Iglesia y enseñaba incansablemente. Su objetivo era declarar todo el consejo de Dios. ¿Por qué? Porque sabía que después de su partida, surgirían lobos rapaces que intentarían desviar a los discípulos. Por eso, encomendó a los creyentes a la Palabra de Su Gracia, que tiene el poder de edificar y fortalecer.”
"La única manera de protegernos contra el error es conocer la verdad. Viene con lo que Pedro llama “herejías destructoras, condenadoras”. También se manifiesta a través de espíritus engañadores, a los que Juan hace referencia. Estos espíritus no deben ser creídos, ya que propagan mentiras hipócritas. Pablo también los menciona en esta misma epístola. Aquellos que reconocen estas falsedades son personas que conocen la Palabra de Dios.

Por lo tanto, la tarea primordial del pastor es alimentar a las ovejas para que aprendan a reconocer cuál es su dieta apropiada. Deben evitar consumir de los arbustos mortales y venenosos que crecen al lado de su pastura. En Efesios 4, Pablo explica que Dios ha dado a la Iglesia apóstoles, profetas, evangelistas y pastores maestros. Su propósito es perfeccionar a los santos para la obra del ministerio y la edificación del cuerpo de Cristo. Esto nos lleva a la unidad de la fe y a alcanzar la estatura de Cristo.

¿Por qué es esto crucial? Para que ya no seamos como niños fluctuantes, arrastrados por cualquier viento de doctrina o engañados por la astucia de hombres malintencionados. Debemos conocer la Palabra y ser instruidos por ella para identificar y discernir el error."
Otro versículo que ha resonado profundamente en mi a lo largo de los años es Efesios 6:17: ‘Y tomad la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios’. Este pasaje nos recuerda que como creyentes, debemos llevar la espada del Espíritu en todo momento para defendernos contra los ataques de Satanás. Pablo también enfatiza esto en 1 Timoteo 4:6, donde dice: ‘Si eres un buen ministro de Jesucristo, serás nutrido en las palabras de la fe y de la buena doctrina’. Además, en el versículo 16, nos insta a cuidarnos a nosotros mismos y a mantenernos firmes en la doctrina, ya que esto no solo nos protege a nosotros mismos, sino también a aquellos que nos escuchan.
Cuando conocemos y enseñamos buena doctrina, estamos protegidos del virus mortal del error. La verdad, como el único antibiótico protector, nos ayuda a discernir y resistir la enseñanza falsa. La Verdad de Dios es nuestra guía y fortaleza.
En su segunda epístola a Timoteo, Pablo reitera la importancia de retener la forma de las sanas palabras. El contenido doctrinal que Timoteo ha recibido debe ser guardado y transmitido fielmente. En el capítulo 2, Pablo insta a Timoteo a enseñar lo que ha oído de él ante otros testigos, para que a su vez puedan enseñar a otros. Este compromiso con la verdad es crucial. Pablo también exhorta a Timoteo a predicar la Palabra y a no caer en el error. Muchas personas desean que les rasquen los oídos con enseñanzas agradables, pero es fundamental mantenerse firme en la verdad.
Los falsos maestros, en primer lugar, se caracterizan por la herejía. Enseñan cosas diferentes a lo que dice la Palabra de Dios. A menudo añaden o distorsionan las Escrituras, presentando ideas que no están respaldadas por ellas. Pero no solo es lo que afirman, sino también lo que niegan. Si volvemos al versículo 3, vemos que no se conforman a las sanas palabras, las cuales provienen de Nuestro Señor Jesucristo y están en línea con la doctrina piadosa. Estos maestros no están dispuestos a aceptar las palabras saludables que provienen de Cristo. En su enseñanza, están en desacuerdo con las Escrituras. No se adhieren a las sanas Palabras. La palabra “higiene” en griego se traduce al español como “saludables”. Así que, en resumen, los falsos maestros rechazan las palabras beneficiosas que son las Palabras de Nuestro Señor Jesucristo.
“Cuando se menciona ‘las Palabras de Nuestro Señor Jesucristo’, en realidad, en la literatura griega, se dice ‘las de Nuestro Señor Jesucristo’. Esto significa que los falsos maestros no se comprometen con las palabras saludables que dan vida y que provienen de Nuestro Señor Jesucristo. Estas palabras beneficiosas no solo se refieren a las citas directas de Jesús en los Evangelios, sino a toda la revelación que Él nos ha dado como el Autor de las Escrituras. A través del Espíritu de Dios, inspiró a los escritores humanos. Las Palabras de Nuestro Señor Jesucristo abarcan toda la revelación, especialmente la del Nuevo Testamento. Para respaldar esta idea, recordemos que en Colosenses 3:16 se llama a las Escrituras ‘la Palabra de Cristo’; en 1 Tesalonicenses 1:8, ‘la Palabra de Nuestro Señor’; y en 2 Tesalonicenses 3:1, ‘la Palabra del Señor’. En resumen, las Escrituras son la Palabra del Señor, la Palabra de Cristo y la Palabra de Nuestro Señor Jesucristo
El mensaje que Pablo está transmitiendo es claro. En primer lugar, los falsos maestros afirman cosas que difieren de las Escrituras. En segundo lugar, niegan aspectos de la Palabra de Dios. Estas señales nos ayudan a identificarlos. No aceptan ciertas enseñanzas bíblicas y, además, añaden o quitan elementos a la Palabra de Dios. Su enfoque no está en las Escrituras. Aunque pueden hablar de Jesús y de Dios, el corazón de su ministerio no se basa en la Palabra de Dios. Por lo tanto, debemos estar alerta ante estas distorsiones. Las Escrituras son el fundamento y la culminación de la revelación divina, y todo lo que debemos enseñar se encuentra contenido en sus páginas

Además, al final del versículo 3, Pablo no solo menciona que los falsos maestros no consienten las palabras saludables de Nuestro Señor Jesucristo, sino también que no aceptan la doctrina que está en línea con la piedad. ¿Qué significa esto? Básicamente, la prueba definitiva de cualquier enseñanza es si produce piedad. En otras palabras, la verdadera prueba de su validez es si conduce a una vida piadosa.
Los falsos maestros, al añadir o negar las Escrituras, pueden llevar a una vida carente de piedad. La verdadera prueba de la enseñanza es si produce una piedad consecuente. Cuando aplicamos la verdad de la Palabra de Dios, experimentamos una conducta espiritualmente saludable. Como bien mencionas, 1 Timoteo 4:7 nos insta a ejercitarnos en la piedad. Es un recordatorio importante para todos nosotros.
Ejercítate en la piedad. Ahora bien, el error nunca puede producir verdadera piedad. ¿Qué entendemos por piedad? Es vivir en reverencia y semejanza a Dios, ser como Cristo. La enseñanza falsa, la herejía o el error no pueden llevarnos a esa semejanza con Cristo. Solo la Verdad de Dios puede lograrlo; solo Su Palabra puede producir auténtica piedad. Vivir en santidad y reflejar a Dios es el fruto de la verdad.

Jesús advirtió sobre los falsos maestros en Mateo 7, comparándolos con lobos disfrazados de ovejas. Dijo: ‘Por sus frutos los conoceréis’. Observemos su vida y conducta. ¿Se entregan a la impiedad, como menciona Pedro en 2 Pedro 2? ¿Están atrapados en la lujuria y el orgullo? Si vemos preocupación por prestigio, poder y popularidad, o detectamos inmoralidad en su comportamiento, debemos estar alerta. ¿Predican el arrepentimiento, la santidad y la semejanza a Dios y a Cristo? ¿O promueven enseñanzas que se acomodan a la mente carnal y alimentan la naturaleza caída del hombre? Esa es la pregunta crucial.

Extraído del mensaje  "La patología de los falsos maestros" por el Pastor John F. MacArthur.
Atletas de La Palabra.
Adm. Hno. Douglas G. Guanipa.


viernes, 19 de julio de 2024

DIOS ESTARÁ CON NOSOTROS

Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador. Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños. (Génesis 37:19-20)
Cuantas lágrimas, cuántas muertes, cuántas cosas nos han sucedido pero con la convicción de que Dios las encaminara para bien. Su palabra dice que todas las cosas obran para bien, para los que aman a Dios, los que conforme a su propósito son llamados  (Romanos 8:28) yo estoy seguro que tu amas a Dios y también tengo la convicción que todo lo que sucede es por un propósito. Pero también estoy seguro que todo los que nos ha sucedido durante estos muy largos días, Dios lo encaminara para bien...

¡CREER ES PODER!

Si comparamos algunas historias de nuestro evangelio nos daríamos cuenta que es más fácil creer que la negación de Pedro a Jesús fue encaminada para bien, que la muerte de Lazaro Fue encaminada por Dios para bien para a través de ella mostrar su Gloria y que la prisión de Pablo y Silas fue encaminada para salvar a muchas almas.

Todo esto lo podemos creer porque esta escrito y hay evidencia de ello, ¿Pero si no estuviese escrito?, ¿Creeríamos? ¿Podríamos creer que todo lo que nos esta sucediendo Dios lo encaminara para Bien?
Pero en el diario de nuestras vidas y luchas no tenemos escrito lo que Dios nos tiene, y por ello no podemos leer lo que Él ha escrito para nosotros. Si en el libro de nuestras vidas estuviera esa página, sería tan fácil poder pasar la hoja y leer lo que Dios tiene preparado para nosotros, pero, si pudiéramos hacerlo, entonces no necesitaríamos esa palabra que Dios nos enseño que se llama FE, ¿y si nuestra Fe no la tuviésemos?, ¿Entonces, como agradaríamos a Dios? Porque sin fe es imposible agradarle, porque es pues la fe la certeza de esa página que se espera, la convicción de esa página que no se ve.

Dios se encanta cuando sin conocer esa parte que será algún día parte de nuestra historia, le damos la gloria por lo que El es y, porque estamos seguros que será para nuestro bienestar.

Dios tiene cosas grandes para nosotros, porque sus pensamientos no son nuestros pensamientos y sus caminos nuestros caminos, su palabra dice “YO SE LOS PENSAMIENTOS QUE TENGO ACERCA DE VOSOTROS, PENSAMIENTOS DE PAZ Y NO DE MAL, PARA DARLES EL FIN QUE ESPERAN” (Jeremías 29:11)

El Señor espera que aprendamos de cada cosa que nos pasa, de cada circunstancia que nos ocurra para que no cometamos las mismas equivocaciones en el futuro que El  tiene deparado para cada uno de nosotros, porque las  circunstancia de hoy serán de aprendizaje para el mañana, El tiene un propósito puntual para cada uno de nosotros, es de sabio aprender de las circunstancia de hoy, de lo que nos pasa hoy, porque las mejores enseñanzas son las que vienen de nuestros desiertos, de nuestras dificultades, de nuestros dolores, del sufrimiento, de nuestras carencia, de nuestras luchas. Pablo dijo “Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez”.(Filipenses 4:12)

¿Cuántas veces hemos sentido que ya no podemos? ¿Qué ya no nos quedan fuerzas ? Su palabra nos enseña que sus misericordias son nuevas cada mañana, que nos dará fuerzas cuando ya no podamos, que nos sacara de este barro gomoso, del pozo de desesperanza en que estamos ahora, el pone nuestros pies en tierra firme cuando estamos a punto de caer. Dios es poderoso puesto que su misericordia nos sustenta cuando pensamos que estamos a punto de desfallecer.


"Su ejército estará con nosotros porque tenemos una lucha espiritual comandada por Cristo para obtener la victoria".
"Atletas de la Palabra"
Admr. Hno. Douglas G Guanipa