lunes, 17 de junio de 2019

SEMBRAR MIENTRAS ESPERAS



Todas nuestras acciones traen consecuencias, y es que ninguno de nosotros puede revelarse a Dios sin cosechar el fruto de su decisión. Tampoco podemos obedecer a Dios sin recibir bendiciones. Las decisiones que tomamos hoy son las semillas que sembramos y cada una de ellas determinará el tipo de cosecha que obtendremos.

El atributo de esta ley es que todas nuestras decisiones son significativas para nosotros y para todas las personas de nuestro entorno y será para bien o para mal. ¿Qué semilla sembraron en ti?  ¿Que impacto o cambio produjo en ti?
En algunas oportunidades hemos tomado decisiones que luego lamentamos porque vemos las consecuencias de esas decisiones. Pablo  dijo en su carta a los gálatas: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues  todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su  carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.  No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, sino desmayamos” (Gálatas 6:7 -9, RV60). 

Este pasaje nos enseña que todos somos "sembradores" que cosecharemos lo que sembramos. si sembramos para el Espíritu, cosecharemos bendiciones. si siembras para la carne, cosecharemos dolor y desdichas. cuando decidimos perdonar y guardamos resentimiento, estamos sembrando para el Espíritu.  cuando llevas cautiva tu imaginación y pensamientos a la obediencia de Jesús, estas sembrando para el Espíritu (2 Corintios 10:35). cuando te niegas a hablar negativamente de alguien aunque sea verdad, estas sembrando para el Espíritu. cada vez que dices la verdad, que cumples tus promesas, que pagas tus cuentas, que ofreces alabanzas a Dios por su fidelidad y bondad, estas sembrando para el Espíritu.

" Siembra el bien y cosecharás para tu bien"




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